jueves, 1 de noviembre de 2018

SWING


Lo conocí en un viaje turístico por Japón. Él estaba golpeando pelotas de golf desde la grada de un estadio, las lanzaba al centro del césped. Había varios jugadores que competían por ver quién lo hacía más lejos. Le dije que aquello no era golf, que después del primer drive tendría que ir a buscar la bola, cambiar el palo para el approach, probar el putt, meter la bola en el hoyo. Creo que no supo de qué le estaba hablando, pero debí impresionarle mucho porque, de pronto, me agarró por la cintura y me besó apasionadamente. Ya está, no ocurrió nada más.

Finalista en el concurso de microrrelatos Wonderland, de RNE.


5 comentarios:

  1. Eso es lo que yo llamo amor a primer golfista. Curioso cuentito.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Elena, José Antonio, muchas gracias por pasaros a leer mi relato. Celebro que os guste.

    ResponderEliminar
  3. Un abrazo también para ti, Marta. Últimamente apenas aparezco por Facebook pero aquí trataré de subir al menos un relato al mes. Gracias por leerme.

    ResponderEliminar