Lo conocí en un viaje turístico
por Japón. Él estaba golpeando pelotas de golf desde la grada de un estadio, las
lanzaba al centro del césped. Había varios jugadores que competían por ver
quién lo hacía más lejos. Le dije que aquello no era golf, que después del
primer drive tendría que ir a buscar
la bola, cambiar el palo para el approach,
probar el putt, meter la bola en el
hoyo. Creo que no supo de qué le estaba hablando, pero debí impresionarle mucho
porque, de pronto, me agarró por la cintura y me besó apasionadamente. Ya está,
no ocurrió nada más.
Finalista en el concurso de
microrrelatos Wonderland, de RNE.
me encanta.
ResponderEliminarEso es lo que yo llamo amor a primer golfista. Curioso cuentito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Elena, José Antonio, muchas gracias por pasaros a leer mi relato. Celebro que os guste.
ResponderEliminarPues me ha encantado, Pedro. Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo también para ti, Marta. Últimamente apenas aparezco por Facebook pero aquí trataré de subir al menos un relato al mes. Gracias por leerme.
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